¿Qué me esta llevando hacia allí? No lo entiendo… y mientras las agujas debajo de mis uñas comienzan a reclamar mi atención nuevamente, las remuevo y me desmayo. Las voces se callan, las extraño, ¿a donde fueron?.
¡Te extraño, te extraño tanto! No soy yo, algo se apodero de mi y me lleva al dulce abismo de los enfermos mentales, dulce como la miel que cae por mi sien. Sangre dulce, sabor amargo, el oxigeno no alcanza. La sensación del ahogo es demasiado fuerte, tan intensa, como el dolor en mis uñas y puedo ver lo lejos que estoy del puente de la cordura.
Me estoy volviendo loca.
Lo se.