jueves, 29 de octubre de 2009

Like butterflies

Me estoy volviendo loca, lo siento a cada momento, cada cosa que pasa, cada sentido alterado hacen de mi una completa desquisiada. Va a llegar un momento en donde ya no pueda controlarlo y va a estallar, lo siento, lo siento tanto, pujando a cada momento por salir, las paredes de cada una de mis células van a explotar por la presión que les ejerzo. Se llenan de sal, se resecan, y las ahogo en azúcar. Luego las vomito como mariposas para volver a ingerirlas acercándome cada vez mas a la locura. No puedo soportarlo, me ahogo en mi propia sal, cuando me acuesto, cuando apoyo la cabeza sobre la almohada comienzan los gritos en el interior de mi cerebro, miles de voces gritando, alzando la voz segundo a segundo, no dicen nada solo gritan, chillan. Y me obligan a levantarme pero aun siguen oyéndose, lejanas, menguando de a poco, y en cuanto ladeo mi cabeza nuevamente, otra vez vienen a mi encuentro.
¿Qué me esta llevando hacia allí? No lo entiendo… y mientras las agujas debajo de mis uñas comienzan a reclamar mi atención nuevamente, las remuevo y me desmayo. Las voces se callan, las extraño, ¿a donde fueron?.
¡Te extraño, te extraño tanto! No soy yo, algo se apodero de mi y me lleva al dulce abismo de los enfermos mentales, dulce como la miel que cae por mi sien. Sangre dulce, sabor amargo, el oxigeno no alcanza. La sensación del ahogo es demasiado fuerte, tan intensa, como el dolor en mis uñas y puedo ver lo lejos que estoy del puente de la cordura.
Me estoy volviendo loca.
Lo se.

domingo, 25 de octubre de 2009

Desviación - Introducción


No podía siquiera imaginarme, al verla así, que un día me arrastraría hacia lo más profundo de aquél lugar, llevándome sutilmente, todo mi resistencia flaqueó solo con una mirada suya, y yo la creía mía. En el comienzo ella me eligió, apareció tan bella, tan deslumbrante, tantas veces soñada, tantas noches aclamada. Te esperé, ¡te espere tanto! Aun sin saber de tu existencia ¡yo te esperaba! Y un día golpeaste a mi puerta o mejor dicho, entraste sin siquiera anunciarte, y cuando quise darme cuenta, allí estabas frente a mi, y yo que me creía tan fuerte, tan fría, tan calculadora no pude hacer nada frente a tu imponente presencia, y te deje entrar, deje que tomaras todo de mi. ¿cómo es posible que lo que yo creia una dura pared de concreto, no fuera mas que un velo tornasolado al que corriste muy suavemente y te adentraste sin pedir permiso?